Cómo influyen los padres en el comportamiento de los hijos
Todos sabemos que en la etapa infantil los niños necesitan un apoyo o un modelo a seguir para adquirir sus conocimientos. Este modelo suele ser prioritariamente los padres y en el mismo nivel los iguales (otros niños con los que interactuan). En un segundo término se encuentran los abuelos y otros adultos cercanos, (estos últimos comienzan a tener mayor relevancia ya que cada vez más son ellos los que cuidan a los niños).
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Eres un padre que colabora poco en el cuidado de los hijos, generalmente no asistes a las reuniones del colegio, no haces los deberes con ellos, tampoco les llevas a espectáculos o actividades de ocio, siendo estas tareas realizadas por otros adultos de tu entorno. Esta actitud hace que los niños tampoco cuenten contigo a la hora de proponer planes. En tu casa se está generando una dinámica de no inclusión y los niños están creciendo con un modelo que transmite poca información.
A veces esta actitud por tu parte se está manteniendo debido a una educación machista recibida de tus propios padres en la cual tu padre trabaja y tu madre se hace cargo de los niños, pero también puede ocurrir que esta pasividad suceda por algo más profundo. Puede ser que tengas miedo al fracaso , a hacerlo mal y que tu baja autoestima te impida enfrentarte a una situación de la cual no tienes ningún control. El padre que no se involucra en el cuidado de los hijos y en su educación, carece de mecanismos y de estrategias para hacerlo y en vez de buscar soluciones y ponerlas en práctica se dedica a dejarlo en manos de otros.
Estos niños crecerán con una falta de apego a la figura del padre y con una falta de valores necesarios para generar su propio rol en la edad adulta. Sobre todo el hijo varón echará de menos las enseñanzas de un padre sobre temas relativos a su propio sexo. Por supuesto el niño cuando crece repetirá muchos patrones aprendidos de su padre y tendrá muchas posibilidades de ser una padre pasivo, sobre todo si siempre se ha aceptado ese papel en la familia como algo normal.
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Vas a estar dictando muchas normas en la dinámica familiar. “Todo tiene una forma correcta de hacerse y si no se hace así, serás criticado y minusvalorado por incompetente”. Las normas deben cumplirse por encima de todo y no se admiten errores. Las expectativas respecto a tus hijos son extremadamente elevadas por ello cuando ocurre algún error (mala nota, peleas con amigos, etc) lo vas a vivir como una catástrofe, imputando al niño toda la responsabilidad y no dando lugar a explicaciones. Este tipo de padre tan controlador va a provocar en el niño el retraimiento por miedo a las consecuencias de sus conductas.
Pocas veces va a expresar lo que piensa y va a ser un niño cohibido, con miedo de incumplir las normas. Por otro lado, el padre busca la aprobación de los demás a través de los hijos, es decir, “si mi hijo saca buenas notas, es aplicado y bueno, podré presumir de hijo delante de los demás” y así ser valorado por el grupo de referencia.
En la edad adulta y ya en la adolescencia estos niños probablemente tengan dificultades en la comunicación y en el compromiso, no se abren a nadie y sus sentimientos están guardados , han aprendido que hay que hacer lo que se espera de ellos y que sus intereses no son importantes, serán personas inseguras y muy rígidas al igual que lo fueron sus padres.
Juega con ellos |
En esta relación prima la comunicación al mismo nivel. Te comporta como un colega, compartiendo aficciones y actividades con tu hijo , tu forma de expresarse y de hablar con él es afín a la de sus amigos y el chico esta encantado. Para mantener una relación así, tendrás que saltarte muchas reglas y no establecerás los límites de lo que está bien y lo qué está mal.
Por tanto el niño crece a sus anchas, no tiene visión de padre que dicta lo que hay que hacer y aunque la comunicación entre vosotros será muy buena. La parte mala de ello es que tu hijo no tendrá estrategias a la hora de enfrentarse a los problemas en la edad adulta. No sabrá cuando se porta mal con alguien y cuando tiene que perdir perdón, todo esto le provocará dificultades en la comunicación interpersonal y una sensación de indefensión ante los problemas. Tengamos en cuenta que a veces los niños se portan mal para recibir atención de los padres aunque reciban un castigo, les gratifica que sus padres le hagan caso y le dicten las normas, por supuesto siempre con unos límites.
Cuando los padres son muy permisivos, habrá muy buen ambiente familiar, pero el niño echará de menos al guía - instructor que necesita en pleno desarrollo.
Padre ausente
En la base eres muy parecido al padre pasivo, sin embargo, vas a colmar de regalos y de actividades a tus hijos, para cubrir ese tiempo que no pasas con ellos. Sí vas a estar preocupado por la educación de los hijos pero tus normas y pretensiones no tendrán ningun valor y no serán seguidas por ellos ya que no estarás presente para supervisarlo. La figura de este padre es muy positiva para el niño ya que le dá lo que quiere y no le pone límites, pero al igual que con el padre amigo echará en falta una guía, un patrón a seguir.
Los hijos de un padre ausente, cuando sean adultos serán personas inseguras, con incertidumbre, no tienen las bases de una buena actitud, no saben resolver y enfrentarse a los problemas porque nadie les ha enseñado. Darán mucho valor a las cosas materiales y serán impacientes a la hora de conseguirlas, están habituados a conseguir lo que quieren y cuando quieren sin ningun esfuerzo y eso, cuando se es adulto se convierte en una trampa.
Fuente: http://mujer.terra.es/muj/articulo/html/mu26481.htm
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